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Intro: Am E B7 E B7
E Bb°
Lo nuestro duro lo que duran dos peces de hielo
F#m
en un güisqui on the rocks,
B7 F#m B7
en vez de fingir,o estrellarme una copa de celos,
E7
le dio por reír.
E7
De pronto me vi, como un perro de nadie, ladrando
A
a las puertas del cielo.
Am E C#m F#m
Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios
B7 E B7
y escarcha en el pelo.
Tenían razón mis amantes en eso de que, antes,
el malo era yo,
con una excepción:esta vez, yo quería quererla querer
y ella no.
Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi y, haciendo un exceso, me tiró dos besos...
uno por mejilla.
A
Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa,
a la perdición de los bares de copas,
a las cenicientas de saldo y esquina,
y, por esas ventas del fino Laína,
pagando las cuentas
de gente sin alma que pierde la calma
E7 B7
con la cocaína, volviéndome loco,
F#m B B7
Derrochando la bolsa y la vida la fui, poco a poco,
E
dando por perdida.
A
y eso que yo, paro no agobiar con flores a maría,
para no asediarla con mi antología
de sábanas frías y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va, en romería,
E
con la cofradía del Santo Reproche,
B7 F#m B
tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla,
B7 E B7
diecinueve días y quinientas noches.
E Bb°
Dijo hola y adiós y, el portazo, sonó como un signo
F#m
de interrogación,
B7 F#m B7
sospecho que, así, se vengaba, a través del olvido,
E
cupido de mi.
E7
No pido perdón ¿para qué? si me va a perdonar
A
porque ya no le importa...
A E C#m F#m B7
siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga
E
y la falda muy corta.
A
Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos,
destrozó el cristal de mis gafas de lejos,
sacó del espejo su vivo retrato,
y, fui, tan torero, por los callejones del juego y el vino,
E
que, ayer, el portero, me echó del casino de Torredolones.
B7 F#m B
qué pena tan grande, negaría el santo sacramento,
B7 E
en el mismo momento que ella me lo mande.
A
y eso que yo, paro no agobiar con flores a maría,
para no asediarla con mi antología
de sábanas frías y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va, en romería,
E
con la cofradía del Santo Reproche,
B7 F#m B
tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla,
B7 E B7
diecinueve días y quinientas noches.