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Himno Nacional Argentino
Letra: Vicente López y Planes
Música: Blas Parera
(Transporte en I)
Versión reducida que se canta habitualmente:
A A A
E E E E A
B A D A E D A E E7
A A A E E E A A E E A A D E A
D E A D E A
A A A A
A E A
Oíd, mortales, el grito sagrado:
A7 D E E7 A
¡libertad, libertad, libertad!
A B7 E E7
Oíd el ruido de rotas cadenas,
D B7 E E7
ved en trono a la noble igualdad.
Am Dm F E
Ya su trono dignísimo abrieron
E7 Am Am/G F B7 E E7
las provin-cias uni-das del sud,
Am E Am
y los libres del mundo responden:
Am E Am
al gran pueblo argentino salud,
Am/G F B7 E E7
al gran pueblo argentino salud.
A F#m Bm Dm
Y los libres del mundo responden:
A E A
al gran pueblo argentino salud.
E E A A E E A A A
A E A D E A A
A A
SEAN ETERNOS LOS LAURELES
A A
QUE SUPIMOS CONSEGUIR,
D B7 E E7
QUE SUPIMOS CONSEGUIR...
F#m Bm A B7 E
CORONADOS DE GLORIA VIVA-AAAA-AMOS,
A E A
O JUREMOS CON GLORIA MORIR.
D A E A
O JUREMOS CON GLORIA MORIR.
D A E A
O JUREMOS CON GLORIA MORIR.
A A A A
Versión completa:
Oíd, mortales, el grito sagrado:
¡libertad, libertad, libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la tierra
una nueva y gloriosa nación,
coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES
QUE SUPIMOS CONSEGUIR,
CORONADOS DE GLORIA VIVAMOS,
O JUREMOS CON GLORIA MORIR.
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar,
la grandeza se anida en sus pechos,
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor,
lo que ve renovando a sus hijos
de la patria el antiguo esplendor.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor,
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel,
su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
¿No los véis sobre México y Quito
arrojarse con saña tenaz?
¿Y cual lloran, bañados en sangre,
Potosí, Cochabamba y la Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto y llantos, y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
A vosotros se atreve, argentinos,
el orgullo del vil invasor:
vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno
en los campos del sud resonó.
Buenos Aires se opone a la frente
de los pueblos de la inclita unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta, y Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la banda oriental,
son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio;
sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la libertad,
y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno a su gran majestad.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...
Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñando
les repite: ¡mortales, oíd!
Ya su trono dignísimo abrieron
las provincias unidas del sud,
y los libres del mundo responden:
al gran pueblo argentino salud.
SEAN ETERNOS LOS LAURELES...